lunes, 6 de septiembre de 2010

LA ORIENTACION VOCACIONAL COMO UN PROCESO



Por: Alexander De Jesús Brito
Orientador profesional


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La elección de una carrera es una decisión compleja para la mayoría de los jóvenes a nivel mundial. Esto en muchos de los casos s debe a que el individuo no se conoce a si mismo, y este desconocimiento desencadena en todo tipo de temores ansiedad y frustración. De ahí que muchos jóvenes se acercan a los orientadores diciendo: Necesito un test vocacional”, como si se tratara de un receta. Y es que en su desconocimiento ignoran que la conciencia vocacional y la certeza de lo que se quiere en la vida, no se adquiere en el momento de la decisión, es un proceso que comienza muchos años antes.

 Esta realidad que es una preocupación mundial,  nos interpela en nuestro lugar de orientadores y en mí caso que he realizado especialización en el área,  y que sé a profundidad del caso, la preocupación es doble. Nos mueve a trabajar desde la “desmitificación” de la orientación vocacional como una acción dirigida de afuera hacia adentro y su legitimación como un proceso de acompañamiento en el esclarecimiento de la identidad vocacional, que repito tiene incidencia de todas las esferas del accionar de los individuos. 

Lo vocacional alude a un entramada y compleja relación entre lo personal, familiar, social, cultural, económico, político y laboral, que no puede pensarse sino desde una concepción global e integral,  que permita conectar los aspectos de  la subjetividad (por la complejidad de las decisiones humanas)  de este proceso,  de decisión, con aspectos de la realidad objetiva.

Desde mi punto de vista, y a partir de mi experiencia en el aspecto vocacional y toma de decisión,  la  orientación vocacional asume la forma de un proceso de acompañamiento al sujeto en el camino de construcción de su identidad personal, social y vocacional. Se trata de ayudarlo a conocerse y a conocer el mundo, para labrarse  un proyecto que pueda sentir como propio, abordando la problemática del sujeto y del mundo cultural, social y económico.
 Entiendo que una ves el sujeto se comprende así mismo y conoce sus fortalezas y debilidades, posee mucho más  herramientas para realizar con éxito esta importante decisión, que repito, para muchos jóvenes a nivel mundial se torna muy compleja.

De ser así entonces la orientación vocacional, adquiere un carácter eminentemente preventivo, en tanto que  promueve aprendizajes de vida, y conocimiento de si mismo, tendientes a la búsqueda de un sentido, un significado de sí mismo en relación con las exigencias del mundo circundante. Aprendizajes que tienen que ver con la autonomía en la toma de decisiones, la capacidad de renuncia y tolerancia a la frustración, la capacidad para postergar gratificaciones inmediatas, la disposición para preguntarse y preguntar, la posibilidad de integrar aspectos positivos y negativos de sí mismo y de la realidad.

El sujeto que requiere las orientaciones sobre su futura decisión vocacional, por lo general ya está encaminado a la resolución de sus conflictos internos. Esto asi porque la mera preocupación por el desconocimiento de lo va a estudiar, es una forma de enfrentarse al problema y ahí se tiene el 50% resuelto. Lo verdaderamente preocupante, son aquellos y aquellas que toman la decisión a azar, que no indagan ni se interesan, que no participan ni entronizan con quienes ya han comenzado a avanzar en el proceso. Son esos a los que se debe dirigir mayor esfuerzo porque son los más propensos a abandonar los estudios a la mitad y a caer abatida anta la frustración. 

Los que están definidos, cuentan en su haber con  una historia de vínculos y de identificaciones, que ha ido configurando en su interacción social y  familiar y en donde la escuela y, otras instituciones han jugado muy bien su rol. Es un sujeto atravesado por procesos identificatorios en los que se ha ido gestando la conciencia ciudadana, lo cual da como resultado una idea temprana de lo que quiere y para lo cual tiene capacidad.



La elaboración de un proyecto  de vida, debe contemplar los aspectos más relevantes de lo que el  individuo quiere lograr en la vida.  El problema de esto consiste en que en nuestros centros educativos, tenemos muy pocos profesionales de la orientación, que puedan encaminar el proceso de elección vocacional, desde los primeros años de la escolaridad del niño. Peor que esto resulta, la poca motivación de los jóvenes bachilleres a dedicarse al área, resultando en muchos de los casos la elección de la carrera de orientación una un asunto fortuito y casual.

Si la orientación vocacional, no se trabaja desde los lugares de mayor incidencia en las vidas del los alumnos (familia, sociedad, pares, escuela), esta decisión siempre se vera como un proceso aislado del proyecto vital de los individuos, lo cual a mi juicio y a mi humilde entender ¡resultará desastroso! Es como Salter de un 8vo piso sin paracaídas, solo confiando en que los bomberos estarán allí con la colchoneta inflable para amortiguar tu caída. Muy bien que en muchos de los casos ha sido así, y afortunadamente los bomberos llegaron a tiempo pero ¿y si no llegan?

Orientar ocasionalmente es  un proceso en desarrollo, que debe iniciar en el hogar y continuar en la escuela,  y que  se da por etapas, y en donde cada etapa adquiere su particular significado en relación al que le precede y al que le sucede. De este modo, se construye la identidad vocacional ocupacional, expresada en términos de roles, en la que se integran, desde las primeras fantasías hasta la imagen de sí mismo, erigida sobre la base de los intereses, las aptitudes, los valores, motivaciones, las aspiraciones, condiciones personales y exigencias del medio.




 







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