El termino resiliencia procede del mundo de la física, y hace referencia a aquellos metales que tienen la capacidad de malearse en el fuego sin perder su condición original. En al mundo de la psicología se refiere a la capacidad de una persona de hacer las cosas bien pese a las condiciones adversas de la vida "es la capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado". Un buen ejemplo de resiliencia lo constituye el pueblo Judío, que pese a las feroces persecuciones del régimen Nazi se sobrepusieron y alcanzaron en 1948 la categoría de nación independiente.
Las técnicas de resiliencia son aplicables tanto para niños como para adultos, y funcionan en momentos de tribulación o de gran crisis. En lo que se refiere a menores con estas se puede ayudar a chicos que tienen problemas aunque no necesariamente de delincuencia. Sirve para aquellos que han perdido a sus progenitores de forma inesperada, y que deja una estela de confusiones que en la mayoría de les veces nunca llega a despejarse.
Todos nos enfrentamos con adversidades, en cualquier momento y etapa de la vida. Nadie está exonerado de problemas y mucho menos en un mundo tan complejo y exigente. Las adversidades pueden suceder incluso dentro del círculo familiar como la muerte, el divorcio o separación, enfermedades, pobreza, mudanza, malos tratos, abuso sexual, homicidios y otros, lo cual acentúa aun más las consecuencias funestas de esta condición.
En el mundo moderno que vivimos, convulsionado y agitado, hay muchos niños y adultos que sufren adversidades en su vida y las pueden superar a pesar de que las circunstancias parezcan indicar lo contrario. Sin embargo para otras personas esas circunstancias son insuperables; a esta diferencia de enfrentar la misma adversidad es que llamamos “resiliencia”. Educadores, sicólogos y salubristas de todo el mundo, empiezan a requerir elementos prácticos para identificar esas características en los niños y para intervenir positivamente promoviendo su desarrollo.
La posibilidad de actuar fortaleciendo factores o condiciones positivas constituye un paso importante en lo que se denomina prevención primordial de factores de riesgos. "Mucho antes de la emergencia de una patología o problema se deben tomar acciones para su reducción".
Entre los pilares que soportan la resiliencia podemos citar los siguientes:
• Introspección: Es el arte de introducirse en lo más profundo de sí mismo y darse una respuesta honesta.
• Independencia: saber fijar límites entre uno mismo y el medio con problemas; capacidad de mantener distancia emocional y física sin caer en el aislamiento (el medico y el enfermo).
• Capacidad de Relacionarse: Es la habilidad para establecer lazos e intimidad con otras personas para equilibrar la propia necesidad de afecto con la actitud de brindarse a otros.
• Iniciativa: gusto de exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más exigentes (tomar la delantera en un hecho).
• Buen Humor: encontrar lo cómico en la propia tragedia, siempre que se pueda.
• Creatividad: capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden.
• Moralidad: consecuencia para extender el deseo personal de bienestar a toda la humanidad y capacidad de comprometerse con valores.
• Autoestima consistente: Es como me siento con lo que se que soy y además la base de los demás pilares y fruto del cuidado afectivo consecuente del niño o adolescente por parte de un adulto significativo.
La resiliencia como factor de prevención y promoción de salud:
Quizás el proyecto más ambicioso en la investigación sobre la resiliencia, sea su aplicación al desarrollo infantil, a las dinámicas familiares, a la efectividad escolar, el desarrollo de la comunidad, el conocer características familiares, escolares y el ambiente de las comunidades que fomentan la resiliencia natural de los niños y las niñas y ver como implementar el desarrollo de esta aptitud resiliente en personas, familias, instituciones que no la tengan.
Cómo generar fortaleza emocional en los niños desde pequeños
Demostrar afecto, tanto física como verbalmente, ayuda a los pequeños a desarrollar la resiliencia. Sobreponerse de las tragedias, salir adelante tras la muerte de un ser querido o intentar algo una y otra vez hasta lograr los objetivos no es fruto del azar o de personas especiales. Se trata de una condición que se llama resiliencia, término poco pero de capital importancia para la supervivencia en esta jungla de cemento.
Hay personas que de pronto, frente a un cáncer terminal, desarrollan conductas espontáneamente resilientes". Pero no es necesario esperar una situación catastrófica o Terminal para desarrollar esta capacidad: se la puede fomentar desde los primeros años de vida de un niño.
Las fuentes para desarrollar la resiliencia se basan en tres conceptos o pilares: Yo Tengo; Yo Soy o Estoy, y Yo Puedo. En el caso de Yo Soy y Estoy, se trata de que el menor aprenda a respetarse a sí mismo y al prójimo, que sea querido por los demás y que esté dispuesto a responsabilizarse de sus actos. La idea de Yo Puedo se refiere a la capacidad de hablar sobre sus cosas, de poder buscar la manera de salir de sus problemas o encontrar ayuda cuando la necesita, y el Yo tengo es la capacidad conciente que adquiere el individuo que ha atravesado una situación difícil, de saber que puede sobreponerse a tal situación.
